Que la vida,
Con ríos de tiempo entre el espacio,
Regala fisuras y averías...
Te sorprende y se esconde,
Quizá sean esperas sin salida.
Los días, de luto y de despojo,
Son puentes que nos llevan a escondidas
A trazar pequeños esbozos
Que enciendan las lecciones aprendidas.
Apagados, tenues, oscuros, lejanos...
Asoman ya los daños,
Frutos, claro está, de desengaños.
Noches vacías y tibios días.
Pero el tiempo tenaz y muy hastiado
Resurge siempre del letargo
Para volver a empezar un nuevo estadio,
Una nueva era de nuevos días amargos
Que enseñan tanto o más que aquel pasado
Y llevan impresos más de una despedida;
Cicatrices tatuadas a destajo,
Que gritan en silencio de agonía
Recuerdos pasajeros de naufragios
Y de viejos veleros encallados.
Que la vida,
Con ríos de tiempo entre el espacio,
Deja siempre un hueco inesperado
Para iniciar un viaje más,
Más ligero,
Más bello,
Más pausado.
No hacen falta alas
10 de diciembre de 2012
Las lecciones aprendidas
15 de octubre de 2011
Old stuff
The train stopped
when I took you there,
while flying with us
to that certain place.
Shadows of darkness
ghostly todays,
carrying some hope
into our space.
'Oh where art thou, honey?'
So did you ask yesterday,
'Where the fuck are you darling?'
as if we asked this today.
I stood on my feet,
with a shallow defeat,
I remained on my own,
here, you idiot, by thee.
(Otoño 2009 aprox.)
when I took you there,
while flying with us
to that certain place.
Shadows of darkness
ghostly todays,
carrying some hope
into our space.
'Oh where art thou, honey?'
So did you ask yesterday,
'Where the fuck are you darling?'
as if we asked this today.
I stood on my feet,
with a shallow defeat,
I remained on my own,
here, you idiot, by thee.
(Otoño 2009 aprox.)
7 de septiembre de 2011
Alma desnuda, Alfonsina Storni
Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.
Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.
Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.
Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.
Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.
Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.
Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
con que la primavera nos envuelve.
Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.
Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.
Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.
Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.
Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.
Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.
Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.
Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.
Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.
Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.
Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
con que la primavera nos envuelve.
Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.
Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.
Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.
Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.
Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.
14 de junio de 2011
Soneto I
Efímeros momentos silenciosos,
Cuando buscas los restos del despojo,
Donde viviste las noches tan obtusas,
Sin luna que mostrase esa fortuna.
La diosa que escribió con tantos nombres
Tantas veces su historia en tu reflejo,
Te enseñará que ardiente fue su tiempo,
Las horas que escribías estos versos.
Y con la espuma del olor del alba
Derretiréis lo visto en el espejo,
Como crisol fugaz de una mirada.
Le rogarás, por fin, al gesto eterno
Que te pida la mano en la mañana
Y te lleve a morir en su tormento.
19 de mayo de 2011
Siempre nos quedará la palabra
Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
Blas de Otero
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
Blas de Otero
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